La CAH nunca se “supera”; se necesita un tratamiento de por vida. El tratamiento para la CAH es un tratamiento de reemplazo con medicamentos hormonales. La cantidad de medicamento necesario será diferente para cada niño y deberá ajustarse a medida que este crezca. Se usan dos tipos de medicinas hormonales para corregir los problemas causados por la CAH.
Estas hormonas se administran oralmente de manera diaria, en forma de píldora o en líquido. Usualmente, deben administrarse dos o tres veces al día. La cantidad de medicamento administrado no sobrepasa la cantidad producida normalmente por el organismo. No es perjudicial.
Los riesgos asociados a los medicamentos de cortisol se presentan solo con dosis muy elevadas usadas para tratar algunas enfermedades como el asma grave o la artritis.
La falta de cortisol se trata con un medicamento hormonal similar al cortisol que se produce de forma natural en el organismo. Algunos ejemplos de este tipo de medicamento son la hidrocortisona, cortisona, prednisona y dexametasona, los cuales varían en potencia y duración de acción. La cortisona y la hidrocortisona son de acción corta, mientras que la prednisona y la dezametasona duran mucho más tiempo.
Tanto los niños como las niñas necesitan medicamentos de cortisol para controlar la producción excesiva de la hormona masculina. Cuando un niño o una niña toma medicamentos de cortisol, las glándulas suprarrenales producirán cantidades normales de la hormona masculina. Poco después de que comience la terapia, el crecimiento rápido se detiene y el tamaño del pene de los niños y del clítoris de las niñas disminuirá lentamente. Sin embargo, el clítoris puede no regresar al tamaño normal en su totalidad, y la apertura vaginal puede permanecer cerrada debido a los pliegues labiales están unidos. Por eso, puede ser necesaria una cirugía para las niñas cuyos genitales externos tienen una apariencia marcadamente masculina. La edad en la que se realiza la cirugía se determina individualmente, en función de la gravedad del problema.
En caso de enfermedad, cirugía o lesiones graves, los pacientes con CAH de cualquier edad necesitan mayor atención médica. En estos casos, se necesita más cortisol para ayudar a la recuperación y para seguir el ritmo de las demandas incrementadas del organismo. Se debe administrar dos o tres veces la dosis diaria normal de medicamentos cuando un niño o niña con CAH tiene fiebre alta, vómitos, diarrea intensa, sufre una lesión grave o se somete a una cirugía, incluso si esta es menor. Si el niño o niña no puede retener el medicamento debido a que presenta vómitos o está inconsciente debido a la anestesia quirúrgica o a un accidente, es necesaria la aplicación de una inyección de cortisol de acción rápida, que puede salvarle la vida. Aunque usualmente no se necesita una dosis extra de medicamentos de cortisol para resfriados leves o pequeños cortes y raspones, sí se debería administrar en caso de lesiones graves tales como fracturas de hueso. De tener dudas, siempre es mejor administrar la dosis extra que no hacerlo. Las personas que toman cortisona deberían usar un brazalete o collar de alerta médica que diga “insuficiencia suprarrenal: en caso de emergencia, administre cortisona”. Estos accesorios pueden conseguirse en la mayoría de las farmacias y pueden salvar vidas en situaciones de emergencia en las que los padres o familiares no estén presentes.
Algunos niños también necesitarán un medicamento que sustituya la hormona que retiene la sal. El medicamento sustituto de la aldosterona es la fludrocortisona (nombre comercial: Florinef).
Algunos bebés con fuerte pérdida de sal pueden necesitar también que la fórmula con la que se alimentan contenga una cantidad extra de sal , además del medicamento que sustituye la hormona que retiene la sal. La sal adicional no ocasionará presión sanguínea alta en los niños con CAH que presentan pérdida de sal.
Las dosis exactas de estos medicamentos deben ajustarse a medida en que el niño crece y madura. Es posible que algunos niños con CAH no clásica no necesiten tomar medicamentos todo el tiempo. Deben examinarse regularmente el crecimiento y la maduración de todos los niños con CAH, quienes deben además someterse a análisis de sangre habituales para controlar el cortisol, la ACTH y otras hormonas, a fin de asegurarse de que se les esté administrando la dosis correcta de medicamentos. Un especialista en endocrinología pediátrica debe realizar un seguimiento minucioso a los bebés y niños con CAH para prevenir complicaciones de la enfermedad y para garantizar que tanto su crecimiento como su maduración sean óptimos.
Si su hijo tiene CAH y toma sus medicamentos de forma regular, puede llevar una vida normal. No se tiene conocimiento de discapacidades intelectuales asociadas con la CAH. La expectativa de vida es normal. Las mujeres con CAH (si toman sus medicamentos según se les indica) no tienen dificultades para quedar embarazadas ni para mantener el embarazo, y la fertilidad de los hombres que toman sus medicamentos adecuadamente es normal.